Las energías renovables existen desde el principio de los tiempos, pues eran lo único que teníamos. Hay quienes dirían que, por el bien del planeta, no debimos haberlo cambiado, pero es natural que con nuestra evolución, nuestras herramientas y tecnologías también evolucionaran. Dicha evolución no es negativa, y en las últimas décadas nos hemos centrado en desarrollar tecnologías más eficientes que las de antaño para la generación de una energía más limpia y eficiente.

A pesar de que los combustibles fósiles han sido las fuentes de energía dominantes en los últimos años, los desarrollos más relevantes de las tecnologías en energías renovables modernas inician desde los 1800. De 1800 a 1900 se realizaron grandes descubrimientos, particularmente en el ámbito de la energía eólica. Esto llevó a que tanto en Estados Unidos como en Europa se empleara a un sector de la población para la instalación de al menos 6 millones de molinos y turbinas. Aunado a esto, 77 compañías de energía eólica se establecieron en EE.UU., generando aún más empleos y se llevaron a cabo más de 5,000 experimentos para mejorar los molinos.

Durante el s. XX surgieron avances en más áreas de las renovables, pero el enfoque principal en este siglo se vuelca a la energía solar. Es en la primera mitad de este siglo que la Carnegie Steel Company ingresa al sector y desarrolla una invención de las primera baterías solares. También en 1900 se funda también la compañía Jacobs Wind Electric Company que ha empleado a múltiples personas por más de 80 años. Además, en Florida múltiples compañías se empiezan a dedicar a crear calentadores de agua solares para mejorar la vida de personas en alrededor de 50 mil hogares.

Si bien para la segunda mitad del siglo la mayoría de las compañías en el sector eólico quiebran en EE.UU., es en estos últimos 50 años que se desarrollan 20 compañías más en el sector solar, lo cual podría indicar una transición entre tecnologías más que una pérdida de empleos. Así mismo, a nivel gubernamental, los gobiernos comienzan a promover el uso de energías renovables y su desarrollo, fomentando la creación de empleos y la investigación científica por parte de individuos.

Al observar datos del crecimiento industrial desde 1966, se observa que más de la mitad de ese crecimiento (56%) se produjo después del cambio de siglo[1]. Por ejemplo, la generación de electricidad solar y eólica aumentó su participación global en la generación de energía en un 6% de 2010 a 2020. Es durante este periodo también que los trabajos en la industria crecieron de 7 millones en 2012 a 11 millones de plazas en 2019.

El crecimiento de los empleos en los últimos años y la reducción de los costos de las energías renovables contribuyeron a una implementación más rápida de estas tecnologías, de modo que para 2020, las energías renovables generaron el 20% de la electricidad mundial. Gran parte de este crecimiento se debe a ciclos de retroalimentación positiva; las energías renovables se abaratan y se integran en economías de escala, volviéndose más competitivas, lo que a su vez hace que se invierta más dinero en las renovables[2].

Esta inversión -tanto la regular, como el financiamiento internacional para los países en desarrollo- en energías limpias ha tenido un repunte en las últimas décadas[3], como se ha visto con la inversión de países como Brasil, EE.UU., China y otros (ver imagen 3). Esto se puede atribuir las políticas de los países o los objetivos de cero emisiones en las empresas, que de igual manera fomentan el aprendizaje sobre las renovables, creando un talento mejor preparado. Así lo demuestra también la gráfica de patentes que se han registrado en los últimos 10 años, un claro indicio de los trabajos en innovación y desarrollo que se han llevado a cabo.

Incluso con el crecimiento exponencial de las energías verdes, pronto pueden estancarse, tal como lo vemos con la gráfica de las patentes, y debemos acelerar esta transición. Según IRENA, si nos mantenemos en el escenario de referencia, alcanzaremos un aumento de temperatura de 3 °C para 2050; nuestro segundo mejor escenario implica que para 2030 comenzamos a reducir las emisiones y aun así habría un aumento de temperatura de 2,5 °C; y sólo al reduciendo las emisiones un 3,8 % por año sería menor a los 2 °C. ¿A qué escenario le apuestan tú y tu empresa? ¿Que están haciendo para lograrlo?

Notas

[1] Según lo analizado a partir del cambio porcentual anual en la generación de energía renovable Conjunto completo de datos de Our World In Data.

[2] Según lo declarado por el Instituto de Recursos Mundiales

[3] Vale la pena señalar que la energía eólica y solar han absorbido inversiones que antes se destinaban a tecnologías de Biomasa y Biocombustibles Líquidos; como se observa en el gráfico Inversión en energías renovables (imagen 2), por tecnología de Our World In Data.

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