Las ciudades son el principal consumidor de energía y la principal fuente de C02. Producen el 70% de las emisiones y sin la transformación energética esto se duplicaría pues para mediados del siglo, el 70% de la población mundial se trasladará a las grandes ciudades. 

Afortunadamente, la energía verde ha logrado ser un competidor importante para las energías tradicionales. Ha logrado crecer exponencialmente gracias a sus precios competitivos y a la tecnología que ha abaratado su producción. Esto traerá beneficios ambientales importantes, que además beneficiarán a la economía global. Se espera disminuir la pobreza energética en algunas regiones que actualmente no tienen acceso a este recurso.

Sin embargo, las grandes ciudades seguirán al mando y para 2030, las 50 ciudades más grandes del mundo aumentarán su riqueza, afectando la política internacional. Por ello, se esperan cambios y consecuencias geopolíticas que afectan a la industria energética. 

Se crearán nuevos acuerdos con el fin de compartir y desplazar recursos de una región a otra. Por consiguiente, es necesario tomar en cuenta la posibilidad de que se creen conflictos internacionales o que se afecte la estabilidad económica de distintos países. Es por esto que la creación de políticas gubernamentales es fundamental para mantener un control y evitar problemas en la mayor medida posible. 

Estas políticas ayudarán a que se las operaciones de las distintas plantas energéticas se encuentren adecuadamente reguladas, que exista un buen manejo de ellas y que por lo tanto el panorama sea ideal para la inversión. Para lograr esto, el sector político y privado debe trabajar en conjunto.

¿Cuál es el panorama en Europa?

Países como Dinamarca ya generan más de la mitad de su energía eléctrica a partir de recursos renovables. También, en una ocasión particular, Alemania, Portugal y Dinamarca lograron producir el 100% de su energía de manera sustentable durante unos días. Irlanda también se ha comprometido en su Plan de Acción Nacional de Energías Renovables desde 2010.

En la región, Islandia es un país muy destacado ya que pasó de ser uno de los más pobres a ofrecer una excelente calidad de vida a sus habitantes. Todo gracias a la implementación de energías verdes. El 100% de su electricidad es sustentable que proviene de energía hidrotérmica y geotérmica.

Algunas regiones en el mundo, como las mencionadas anteriormente, podrían lograr la independencia energética, lo cual será benéfico, pues no dependerán de proveedores. Sin embargo, puede que éstas opten por consumir energía externa si esta resulta más económica o existe algún acuerdo o ventaja para hacerlo.

La transición energética no necesariamente traerá un balance de poder entre los países pero representa una oportunidad de crecimiento para muchos de ellos. Será hasta 2030 que tendremos un panorama mucho más certero en cuanto a las regiones que utilizarán las energías más importantes en la actualidad como el transporte eléctrico, paneles solares, hidrógeno verde, e incluso nuevas alternativas que podrían volverse más importantes para el futuro próximo.

¿Cuál es el panorama en Europa?

Esta potencia mundial está muy cerca de alcanzar la autosuficiencia energética. Lo cual quiere decir que pronto podrá producir toda su energía sin el apoyo de otros países de manera sustentable.

Se ha posicionado de manera importante en distintos sectores como la robótica, inteligencia artificial y vehículos eléctricos. Así mismo, desde hace algunos años realizan esfuerzos en otras áreas para lograr la transición a las renovables. Por ejemplo, en 2017 se convirtió en exportador de gas natural y se esperan grandes noticias en cuanto a la exportación de aceite. Las micro redes también han sido una innovación popular, tras el  Huracán Sandy, comenzaron a tener un rol bastante importante en la transformación energética. 

Fuentes

SRC: Renewable Energy: A Gender Perspective 2019 – IRENA

The STEM Gap: Women and Girls in Science, Technology, Engineering and Mathematics –
AAUW 2020

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